No soy dueña del suelo que piso
tampoco me pertenecen las calles que camino
ni el angulo rugoso del tiempo es mío
Círculos de cuarzo iluminan mi senda
y transforman en negras alegorías un par de horas
muertas.
Hay pasos que retumban entre las paredes
mientras la noche talla con maestría aquella insana
costumbre de ser sombra entre vacíos...